Aire sin permiso

Llegó con las manos vacías y el alma limpia.

Iba tan ligero de equipaje, que ni siquiera el sufrimiento acabado de pasar le pesaba ya.

Dejó atrás el ahogo, la miseria humana, muchos por qués y casi ninguna respuesta.

Estaba orgulloso de haber tomado aire sin pedir permiso por primera vez.

Todo empezaba. Todo había acabado.

Menos es más, siempre.



Comentarios

Publicar un comentario

Popular

Galletas rellenas

Mis armas

Once primaveras

5 de noviembre de 2017: dos años ya

Por ellos