Era un mediodía de temperatura fría. Podría ser febrero o comienzos de marzo. La primavera aún no se dejaba ver y los años 80 llevaban poco tiempo estrenados. Mamá nos recogió a mi hermana y a mí en la puerta del colegio, como cada día a la hora de comer. En el trayecto, siempre nos acompañaba alguna amiga o vecina nuestra. A cada una, yo la catalogaba con el nivel de simpatía que me sugería. Por supuesto, nada era inamovible y mucho menos el nivel de simpatía. Según el momento, cualquiera de ellas podía pasar del 5 al 8 en cuestión de días. Al fin y al cabo, todos y todas vivíamos en la Casa-Cuartel y en esos años, eso unía mucho. Tras unos minutos de juegos y risas para los niños y animadas conversaciones para las mamás en el patio del Cuartel, los tres nos fuimos hacia el portal de nuestra casa. Nada mas entrar, el pánico se apoderó de mi estómago. Una gitana fea, más negra que el carbón y gorda como ella sola, estaba sentada en una silla frente a la puerta, dand
Unas Asics de outlet y cientos de kilómetros en las piernas, puede que cerca de mil ya. La versión gratuita de Spotify con los mejores éxitos del pop y rock español de los 90. Si el ánimo me aguanta, puede que incluso algo de punk. Éstas son mis armas, no quiero más. Cada semana la misma esperanza, cada día un poco de ilusión. Cada lunes, al pasar por la puerta de la prisión, a las 7:40, con la precisión de un reloj suizo, la misma decepción: otra semana más pasó. Hay tantas cosas que no he podido decir..., y, tantas que no he dicho porque no debo. Me queda el orgullo de haber cumplido con todos y cada uno de mis compromisos. Todos. Duro es, pero imposible no hay nada. Lo que se escribe se lee. Lo que hoy no tiene sentido, mañana lo tendrá. Cuando salgas de Münchhausen, en la puerta te esperaré. Soy más de Coca-Cola Zero que de Pepsi Light, soy más Oracle que de SAP. I miss you.
Hace once años, la primavera se adelantó un mes. Hace once años, la primavera comenzó un veintiuno de febrero. Hace once años, la primavera floreció antes de tiempo y venció al cielo gris. Hace once años, la primavera ganó mi corazón y ensanchó mi alma. Hace once años, la primavera vino temprano, me despertó y me hizo salir de la cama. Hace once años, la primavera me hizo llegar deprisa, para verte crecer despacio. Desde hace once años y para todos los que nos quedan; Carla, tú, en mi equipo siempre.
- “Papá, me recoges mañana en nuestra casa de Ocaña y me llevas al Foster’s Hollywood de Aranjuez a comer, pero al Foster’s Hollywood, ¿eh?”. - “Vale, genial. Sobre la una y media te recojo. Hasta mañana”. Sonaba un tanto autoritario viniendo de un hijo hacia un padre; pero me valía, cualquier cosa me valía. No era momento para exquisiteces. Al fin y al cabo, después de más de dos meses haciendo lo posible y lo imposible, ni siquiera me lo podía creer. Llegó el 5 de noviembre de 2017 : una ilusión. Con puntualidad británica; bueno, adelantándome un par de minutos a la hora fijada, en verdad, fui a recogerlo. Los nervios tampoco me dejaron aguantar esos dos minutos extra. Abrió la puerta de casa con, lo que me pareció, mucha seguridad y una media sonrisa en la cara. Los dos nos montamos en el coche. De camino al restaurante, me dijo: - “Parece que ya me va a tocar estar más tiempo contigo” – me dijo. El alma se me encogió. A lo mejor era cierto y
Por los que ya se han ido y por sus familias. Por los que aunque no se han ido, no nos acompañan estos días. Por los que luchan con todas sus fuerzas contra una enfermedad grave. ¡Seguid así! Por los familiares que les cuidan. ¡Así se hace! Por los que alguna vez me apreciaron y ahora me desprecian. Todo bien, gracias por participar. Por los niños a los que un padre o una madre irresponsable, aparta del amor de su papá o su mamá. La alienación parental sí existe. Doy fe. Por Alejandro, mi hijo, al que le debo casi todo lo que ahora soy, aunque él aún no lo sepa. Papá hace mucho tiempo que se curó y te sigue esperando. Por los niños tutelados, injustamente separados de sus padres, por unos gobernantes malnacidos. Ojalá nadie abuse de ellos, al menos por hoy. Por los casi dos mil hombres que este año decidirán dejarnos durante su proceso de divorcio. Por nosotros, los que luchamos cada día por la igualdad real y contra las leyes discriminatorias por razón de sexo. Para que seamos y se no
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