Entradas

Mostrando entradas de 2018

La fiesta de los globos: 3SN

Imagen
En homenaje a la I Marcha Estatal por los derechos de los niños -'Yaya, ¿qué te pasa?' - preguntó Carolina a su abuela, mientras jugueteaba con unos globos. Un señor muy simpático que llevaba la foto de un bebé en la camiseta, le había regalado un globo rosa y otro azul, antes de empezar el paseo que había hecho con su tito Juan Luis y con los yayos, Gloria y Manuel por Madrid. En la caminata había muchos señores y muchas señoras con unos carteles muy grandes. A veces tocaban el pito, cantaban canciones y regalaban pegatinas a montones. Había muchos más niños. Algunos llevaban globos de color verde, pero a Carolina le gustaban más los suyos porque flotaban y los verdes no. También había otros señores que eran policías, que no decían nada y parecía que estaban un poco enfadados, pero no se metían con nadie. -'Nada, cariño, la yaya está cansadita, pero nada más' - le respondió la abuela con una sonrisa forzada, giñándole el ojo derecho. Gloria, sentada en e

Noche de Corpus

Imagen
Noche del Corpus Christi, Toledo, primavera de 1.992.  En el Corralillo de San Miguel; al frente el imponente Alcázar; de fondo sonaban Los Lunes con 'Los años que nos quedan por vivir' desde la terraza del chiringuito. La ciudad entera olía a juncos, romero y tomillo. Cada rincón vestía sus mejores galas. Las callejuelas del casco histórico, desde Alfileritos hasta Santo Tomé estaban cargadas de mantones, farolillos y flores.  Las sillas de mil formas y colores, esperaban en las aceras impacientes por ver amanecer, atadas con cuerdas a las rejas y muros de casas y palacetes.  Riadas de gente paseaban con paso lento llenando calles y plazas, disfrutando de la noche de la Ciudad. La noche con mayúsculas. Costaba moverse con soltura.  María, fuera de aquel bullicio, sentada en la tapia que daba vistas a las rondas del Tajo, en penumbra, estaba muy nerviosa. El reloj de Zocodover dio las diez y ella aseguró que aún no era la hora revisando la esfera Tous de su muñeca. 

Mechas balayage

Imagen
De espaldas, sentada en el borde de la piscina, movía los pies dentro del agua haciendo círculos con los dos a la vez y respiraba de manera pausada. Con la cabeza agachada, observaba el fino brillo dorado que el sol de las ocho de la tarde daba a las ondas. Su melena, de mechas balayage color azul, le caía la hasta mitad de la espalda. Estrenaba, por fin, bikini después de muchos años. Rafael se acercó por detrás y apoyó las manos sobre sus hombros. ‘Estoy muy orgulloso de ti’ – le susurró al oído. Fátima se giró y le obsequió con una sonrisa discreta. Ella sí que se sentía orgullosa de tener a un hombre como él como compañero. Tocaba disfrutar el momento y añoraba los que se habían perdido. Necesitaba devolverle parte de lo que él había sacrificado por ella y lo haría. ‘Ojalá todo hubiese sido diferente’, -pensó. Hoy era el día. Era su día. Estaba decidida y todo saldría bien. Nada lo iba a estropear. Tras meses de terapia estaba preparada y se sentía como nunca. L

Vidas paralelas

Sara abrió la puerta del ascensor con un puntapié, seguido de un empujón con el hombro izquierdo. Salió al rellano de la cuarta planta, cargada con las bolsas de la compra que le ocupaban las dos manos. Era jueves y faltaban un par de minutos para las cinco de la tarde. Cuando salió de trabajar pasadas las tres, aprovechó para acercarse un momento al súper y comprar lo que necesitaban en casa para terminar la semana. Llevaba en pie desde las seis de la mañana y aún no había tenido tiempo de comer. De lunes a viernes, era casi lo normal. Dejó las bolsas sobre el felpudo, apoyadas entre las piernas y sacó las llaves del piso del bolsillo izquierdo de su vaquero. Dos vueltas de llave al cerrojo FAC y otras tres a la cerradura de seguridad de la puerta para entrar un día más en casa. Seguro que alguna sorpresa le esperaba. La cocina estaba a la derecha, a escasos dos metros de la entrada. Se dirigió directa a ella con las bolsas para dejarlas amontonadas sobre la encimera. Agotad

La celda 211

Imagen
'Hola, machote. ¿Qué tal?' - le dije. 'Bien.', me respondió. Dos besos en la cabeza y una caricia en el pelo para descolocárselo un poquito. Eso ha sido todo. Era un encuentro casual en su primer permiso tras siete meses y un día cumpliendo pena. No era razonable forzar más la situación. Tras 211 largos días, hoy estoy un poco más contento. Hoy mi ilusión está un poco mejor. Seguro que ha visto que el que espera fuera, ha ido a su encuentro y sigue siendo el mismo. Sin reproches. Por experiencia sé que no todo el que cumple condena es culpable. Te quiero con toda mi alma.

Eres miserable, presuntamente

Imagen
Por no permitir que las cosas sean fáciles. Por poner palitos en la rueda hasta hartarte. Por presumir de empatía sin conocerla. Por esconder la realidad y por distorsionarla a tu antojo. Por creer tus propias mentiras y por hacerlas creer. Por forzar a mentir para poder sobrevivir. Por tus represalias salvajes. Por tus dos varas de medir. Por tener enemigos, siempre. Por no respetar una opinión, nunca. Por sobrevalorar la mierda e infravalorar lo razonable. Pero, sobre todo, eres miserable por jugar con lo más sagrado. Eres presuntamente miserable y eres presuntamente persona. Presunta persona miserable: tu once de noviembre, algún día llegará.

Medi Terraneum

Imagen
Marte vino a saludarme, sólo a mí. Vino sólo para mí. Los pies mojados por el agua de ese mar que durante siglos creíamos en el centro de la Tierra. Las olas subían hasta mitad de mis pantorrillas, un escalofrío me recorrió la espalda y el corazón me saltó la piel. Si se me parte el alma, no sé qué ponerme para arreglarla, así que decido ponerme contento. Porque, si la marea sube, el barco sube también. "Donde estés, haz lo que puedas, con lo que tengas". Eso decía Theodore Roosevelt en su idioma y con un aire menos manchego, claro. Pues en eso estamos y estaremos: en quedarnos en el barco cuando sube la marea, haciendo lo que se puede con lo que se tiene. Gracias por compartir la misma arena debajo de los pies. Ho.

Amiga se escribe con H

Imagen
Amiga. Estuviste, estás y estarás. No hay duda. Porque, aún sin saberlo o sabiéndolo a medias, ahí estabas. Falta me hacías y aunque nadie te llamó, aparecías. ¡Gracias! Tus cosas se descolocaron, las mías tambien. Las de todos, se colocan y descolocan, pero tu opinión sincera siempre cuenta. Siempre suma. Risas, tristezas, confidencias y hasta burradas cuando tocaba. Eso es vida. Ya callaremos cuando no estemos. De pocas cosas me siento tan orgulloso como de saber que aunque pasen los meses, siempre nos ponemos al día. Amiga, aunque lo piense, me cueste decirlo (no sólo contigo, ¡eh!): te quiero mucho.

Referencia circular

Imagen
El doble rasero, las dos varas de medir. El pececito enganchado en el anzuelo al que estirar y recoger el sedal al antojo hasta hacerlo agotar. Errores de los ancestros criticados cuan pecado mortal, pero repetidos con más ahínco, a poder ser. El enemigo siempre en la diana. Cada día, mes, año o lustro el que toca: desde el primero hasta que el octavo saltó. La gasolina se agotó. Si el enemigo muere por el camino, es su culpa. A quién se le ocurre ser la víctima. Sin enemigo ya no hay juego; ya no es divertido, pero, si quieres más, hay más. Falacias lógicas, irracionalidad y tesón por hacer enfermar a los de alrededor, pero poquito a poco, para que no se note mucho. Argumentos inventados, argumentos creído, argumentos contados como dogma de fe para alimentar a la jauría. Palabra de dios. Motivación intermitente, acoso moral, hijoputismo, el nombre da igual. Importa mucho o no en función del género que te vio nacer. Gentuza crecida y subidita de tono. La buena gente s

Se acabó

Imagen
Laura se despertó sobresaltada y se giró en la cama buscando el reloj digital que tenía sobre la mesilla de noche. Era el mismo reloj de números verde flúor que tenía desde que estudiaba primero de Empresariales en la Universidad. Se lo habían regalado en la sucursal de Argentaria de su pueblo, domiciliando la beca que le había concedido el Ministerio de Educación por el nivel de rentas de sus padres. Nunca había sido una estudiante demasiado brillante, pero lo cierto es que tampoco se esforzaba en serlo. Un par de repasos la tarde anterior a un examen entre musaraña y musaraña, un leve madrugón el mismo día; que en su mayor parte dedicaba a cambiar de postura en la cama y a dar cabezazos de puro sueño sobre la almohada doblada bajo el cuello con la luz de la mesita de noche encendida y listo. Todo ello, complementado con un vistazo nervioso a los apuntes cinco minutos antes de empezar el examen, siempre le funcionaban bien para raspar un cinco o un seis. A veces, con suerte y

En la boca del estómago

Imagen
Qué buenos los momentos que tenemos a solas para poner en valor lo que nos rodea. Señal tras señal, curva a curva, detrás del volante, ves como no habías visto antes lo que tienes al alcance de la mano. De pronto, una chispa se enciende dentro, no sabes muy bien dónde y acaba en la boca del estómago. Adoro tener a mi lado a una persona inteligente; mucho más que yo. Me fascina el respeto y la libertad de poder decirlo todo, porque el miedo no cabe. No vale. Aunque las cosas cuesten, el vaso está medio lleno, ¡siempre! Me apasiona que siempre haya una frase bonita para mí, que se valore lo pequeño y lo grande y que siempre estés ahí. No sé si todo o nada fue casualidad y poco me importa hoy, porque simplemente... fue. Gracias por aparecer, por tu paciencia, por dejarme insistir y por compartir conmigo lo bueno y lo regular. Hasta la victoria siempre.

La mirada

Imagen
Marzo se iba. Nos decía adiós con un sol más que radiante. La red quedaba atrás. Por fin, tocaban confesiones en entorno real.  Por la calle bajaba, puede que nerviosa, no lo sé.  En el plano corto, llegó la primera mirada, la de verdad, la única que vale. Era pícara, pero también limpia y honesta, con una pizca de dolor.  Sus ojos color Coca-Cola, jugaban con los míos. Ella ganó y me tuve que desprender de mis Ray-Ban. 1-0, pensé.  Yo jugaba fuera de casa, pero por poco tiempo. 

Mis armas

Imagen
Unas Asics de outlet y cientos de kilómetros en las piernas, puede que cerca de mil ya. La versión gratuita de Spotify con los mejores éxitos del pop y rock español de los 90. Si el ánimo me aguanta, puede que incluso algo de punk. Éstas son mis armas, no quiero más. Cada semana la misma esperanza, cada día un poco de ilusión. Cada lunes, al pasar por la puerta de la prisión, a las 7:40, con la precisión de un reloj suizo, la misma decepción: otra semana más pasó. Hay tantas cosas que no he podido decir..., y, tantas que no he dicho porque no debo. Me queda el orgullo de haber cumplido con todos y cada uno de mis compromisos. Todos. Duro es, pero imposible no hay nada. Lo que se escribe se lee. Lo que hoy no tiene sentido, mañana lo tendrá. Cuando salgas de Münchhausen, en la puerta te esperaré. Soy más de Coca-Cola Zero que de Pepsi Light, soy más Oracle que de SAP. I miss you.